#Tendencias — El incipiente brillo del Petit Verdot

El vino argentino entró desde hace tiempo en un período de gracia. Con la industria consolidada, las tendencias de mercado se reciclan con una dinámica imprevisible, pero con la certeza de que la calidad está garantizada. En este caso hablaremos del creciente auge por el Petit Verdot.

Se trata de una uva hasta hace poco tiempo desconocida no sólo para el gran público, sino además por los consumidores avezados, que acaso sin saberlo ya la venían disfrutando en distintos blends. Como la gran mayoría de las cepas producidas en nuestro país, su origen se remite a Francia, más precisamente a la zona de Burdeos, donde su nombre remite al “pequeño verde”. La particularidad es que la cepa que en los terroir franceses cuesta madurar, las características climáticas de Mendoza transformaron aquellos primeros clones implantados a principios de los 90 en explosivos festivales tintos.

Después de su probado éxito como un elemento para darles brillo a los blends de media y alta gama, el Petit Verdot ganó fuerza propia en los últimos años, con varietales muy específicos, y dentro de un generoso rango de precios. Pero no podemos decir que se trate de una novedad. Así como Alberto Arizu para Luigi Bosca, Daniel Pi le hizo caso a Michel Rolland y probó con la cepa para su Fond de Cave Reserva como un modo de descontracturar la línea clásica. También bodegueros de varias décadas, los Pulenta tienen el Tomero Reserva Petit Verdot como una frutillita inconfundible de su propuesta, caso similar al Finca La Anita.

Y acaso el movimiento que le dio todavía más oxígeno al Petit Verdot fue la incursión de proyectos más nuevos, como Altocedro para su Finca Los Galos, Finca Decero para sus Mini Ediciones y Casarena Single Vineyard. Por si fuera poco, el abanico se amplía con el Gauchezco Reserva, de soberbia relación precio-calidad, y el Alpamanta Natal, con su iniciativa biodinámica.

Con sus diversas especificidades en cuanto a región, crianza y vinificación, del Petit Verdot se pueden esperar el aroma mentolado, estructura potente y frescura marcada, con más o menos dulzor sobre el final. Como en todas las cepas por descubrir, se trata de un hermoso camino de ida.

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