#Tendencias — Nuevos Rosados argentinos: de piletas, Brangelina y la Provence

Plop! de Cabernet Franc, L’Argentin de Malartic, Zorzal Terroir Unico Pinot Noir Rosé, Domaine Bousquet Malbec Rosé, Carmela Benegas Cabernet Franc Rosé, Amalaya Blend Rosado

La experiencia del vino tiene mucho que ver con el disfrute, el juego y cada vez más con la incorporación de conceptos que acercan a la vitivinicultura argentina con el concierto mundial. Esta particularidad se da con los vinos rosados, un segmento que seguramente seguirá su franca evolución cuando empiecen a aumentar las temperaturas en estas latitudes.

Como suele ocurrir en la Argentina, la pasión está movida por una dicotomía. En este caso: los vinos ligeros vs los vinos pileteros, aunque para muchos consumidores no se trate de cualidades antagónicas. Esos vinos más ligeros, que a la vista se notan en un rosa bien tenue y en el paladar por una marcada acidez, expresan las inquietudes de nuestros enólogos por producir vinos al “estilo La Provence”.

Casarena 505 Rosado, Andeluna 1300 Malbec Rosé, Mainque Pinot Noir Rosé, Festivo Malbec Rosado, Alta Vista Malbec Rosé, Algodón Malbec-Bonarda Rosado.

La Provenza es la región vitivinícola más antigua de Francia, al sur de su territorio, y los primeros vinos que se hicieron fueron rosados. La especialidad se mantuvo durante generaciones, al punto que el 70% del vino embotellado de la zona es rosado. Entre las variedades autóctonas, los vinos tienen un alto porcentaje de Garnacha, Syrah, Mourvedre, Cariñena ó Cinsault, propiedades que en la Argentina se buscan alcanzar con el Malbec, el Pinot Noir y el Cabernet Franc, entre otras.

El rosado se consigue del primer escurrido del caldo de uvas tintas o tintas y blancas. El color lo aporta el contacto con el hollejo durante el tiempo que determine el enólogo, según el matiz que desee para su producto. Los sistemas principales para la elaboración del vino rosado en Provenza son el “sangrado” y la “maceración corta”.

El culto a estos vinos se arraigó primero en Europa, pero si el consumo creció en los últimos años se debe en buena medida a que en Estados Unidos se afianzó en un target joven y ABC1, con presencia monopólica en las grandes fiestas en Beverly Hills y las playas de las Hamptons y como fetiche de bodegueros celebrities como Francis Ford Coppola, Drew Barrymore y la ahora ex pareja Angelina Jolie-Brad Pitt.

El caso es que esta nueva generación de vinos rosados ponen en saludables aprietos a muchos consumidores en nuestros país, porque se trata de una variante que se adapta a distintos climas, situaciones y, comidas, y dejó de ser sólo una empalagosa opción de descarte.

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